En Tibet se utiliza una técnica de pintura que consiste en depositar el pigmento en polvo, sin ningún tipo de aglutinante ni medio líquido, sobre una superficie horizontal dibujada. Se denominan mandalas, que es la palabra sánscrita para círculo y son representaciones devocionales del cosmos.
En este video podemos ver cómo la pintura se deposita con una gran precisión mediante un cono hueco que se sostiene con la mano izquierda, mientras con la derecha se rasca su superficie rugosa, lo que provoca un leve movimiento que hace caer el pigmento en polvo.
Los mandalas tibetanos de arena suelen realizarlos varios monjes, guiados por el de más experiencia, que realiza el dibujo inicial en tiza y dirige todo el proceso. El dibujo inicial sigue unos modelos predeterminados, los mismos desde hace siglos, que tienen una finalidad ritual. Cuatro o cinco monjes tardan una o varias semanas en realizar un mandala, según su complejidad. La improvisación y la espontaneidad están en principio alejados de esta técnica, que requiere acción en equipo, coordinación, paciencia, gran precisión y concentración.
Al finalizar el mandala, se realiza una ceremonia en la que se deshace el dibujo y se recogen las arenas de colores utilizadas, que se terminan depositando en un río o curso de agua o lanzándolas al aire, como una muestra de impermanencia.
Más información sobre mandalas aquí. and here
Si estás en Barcelona, puedes ampliar la información visitando la Casa del Tibet. web.
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