La Biblioteca Nacional de España, que conserva los Códices Madrid I y II de Leonardo da Vinci, publica ahora una edición facsímil, transcrita, traducida y comentada, de 2.990 ejemplares.
2.990 privilegiados podrán tener en sus manos y consultar en su casa, dos libretas de apuntes del mayor artista del Renacimiento europeo. Si imagino una lista de privilegios que sólo puede dar una época tecnificada como la nuestra, éste es de los primeros de la lista. En vida de Leonardo sólo él tuvo acceso a esos cuadernos, eran herramientas de trabajo mental, borradores de proyectos, pizarra en la que concretar ideas. Quizá compartió su contenido alguna vez con Luca Pacioli, el matemático al que le unía amistad; quizá Salai, su joven ayudante de hermosos cabellos rizados, vió los dibujos pero no entendió las anotaciones escritas en espejo, ni le interesó entenderlas. Leonardo legó todos sus cuadernos tras su muerte a su discípulo Francesco Melzi. Éstos dos son los únicos que están en España, el resto están en Italia, Francia e Inglaterra.
Éstos Códices están centrados en el trabajo de Leonardo como ingeniero. El Departamento de Ingeniería de Diseño y Fabricación de la Universidad de Zaragoza ha construído las máquinas que Leonardo dibujó en el Códice Madrid I. Junto al dibujo y anotaciones manuscritas de Leonardo, exponen las maquetas a escala de sus mecanismos de conversión de movimientos.
He escogido éste ejemplo de una anotación de Leonardo en el Códice Madrid I:
Todo cuerpo requiere sus miembros y todo arte sus instrumentos. En cuanto sea creado el todo, serán creadas las partes.