2009/10/30

Pintores en el cine


















Las películas en que aparecen pintores son numerosas, ya que su trabajo es muy fotogénico. Al contrario de los poetas, cuyo trabajo es muy poco cinematográfico como bien explica la gran poeta polaca Wieslawa Szymborska:

"Espectaculares pueden ser las películas sobre pintores, ya que es posible reconstruir todas las fases de creación de un cuadro -desde la primera raya hasta la última pincelada. Las películas sobre los compositores se llenan con su música: desde los primeros compases, que el creador escucha en su interior, hasta la obra madura ya terminada y repartida entre varios instrumentos. Todo sigue siendo muy ingenuo y no dice nada sobre el extraño estado de ánimo que se conoce comúnmente como inspiración, pero por lo menos hay algo para ver y oír.

El peor de los casos es el de los poetas. Su trabajo resulta irremediablemente poco fotogénico. Uno permanece sentado a la mesa o acostado en un sofá, con la vista inmóvil, fija en un punto de la pared o en el techo; de vez en cuando escribe siete versos, de los cuales, después que transcurre un cuarto de hora, va a quitar uno y de nuevo pasa una hora en la que no ocurrirá nada ¿Qué clase de espectador podría soportar una cosa semejante" 


¿Por qué algunas películas no son ingenuas y sí transmiten el trabajo de Pintura? Parecen sortear la dificultad de mostrar el "extraño estado de ánimo que se conoce comúnmente como inspiración" del que habla W.S. y que más adelante explica:


"la inspiración no es privilegio exclusivo de los poetas ni de los artistas en general. Hay, hubo, habrá siempre un número de personas en quienes de vez en cuando se despierta la inspiración. A este grupo pertenecen los que escogen su trabajo y lo cumplen con amor e imaginación. Hay médicos así, hay maestros, hay también jardineros y centenares de oficios más. Su trabajo puede ser una aventura sin fin, a condición de que sepan encontrar en él nuevos desafíos cada vez. Sin importar los esfuerzos y fracasos, su inquietud no desfallece. De cada problema resuelto surge un enjambre de nuevas preguntas. La inspiración, cualquier cosa que sea, nace de un perpetuo "no lo sé".

En la película "Andrei Rublev",  Tarkovski une la profundidad de las reflexiones que se hace el monje del siglo XV y pintor de iconos Andrei Rublev sobre las relaciones entre el arte y los poderosos, ya sean políticos o eclesiásticos y la enorme belleza de las imágenes en blanco y negro, que sólo dejan paso al color cuando al final de la película se muestran los iconos de los que fué autor, como este "Cristo Redentor".














 

2009/10/28

Un lugar seguro

















 Imagen: Fred Wilson, "Safe House II, (Speak of Me as I Am)", 2003

Un espacio seguro es el título de una interesante entrada en el blog de arte Art21. En el artículo varios profesores de arte comentan maneras de ofrecer a los alumnos un espacio seguro en el que puedan aprender, estudiar y crear. Para ello proponen al alumno el uso de una libreta de apuntes en la que volcar ideas y proyectos, trabajar fuera de clase para aplicar los conocimientos que han aprendido allí y al profesor le proponen que organice bien el tiempo de clase. Llegan a la conclusión de que los espacios a los que dan forma tienen más que ver con las herramientas que facilitan, la confianza que construyen y la buena distribución del tiempo, que simplemente con el orden de las lecciones y el espacio físico.

Sin embargo, la imagen con que lo ilustran me ha hecho pensar en el espacio físico seguro.
No sólo los humanos, todos los animales que recuerdo necesitan un espacio seguro. Todos establecen una madriguera en la que sentirse seguros, que puede ser un espacio físico como lo son nuestras casas o puede ser un espacio de refugio como el que crean las manadas y rebaños o los bancos de peces envolviendo protectoramente a cada individuo. Ya sean nómadas o sedentarios, los seres vivos recurren al espacio seguro cada cierto tiempo, ya sea durante la noche, el día, el invierno o durante la época de cría.
Es una necesidad básica incluída en la Declaración de Derechos Humanos.

Bueno, muchos pintores establecen el espacio seguro de su trabajo en su estudio. En estos tiempos de crisis económica, muchos vamos a ver desaparecer ese espacio seguro y volveremos a pintar en una pequeña habitación de la casa. O estableceremos ese gran estudio portátil que es la libreta de apuntes. Y su hermano mayor el libro de artista, con las páginas abiertas como paredes creadoras de espacios mentales. El blog, la web, escenarios tan efímeros como la visita virtual, en los que caben un artista trabajando y cuantos quieran entrar a participar serán otro espacio seguro que se trasladará con nosotros allá donde vayamos.
Un espacio físico seguro para trabajar lo encontraremos en bares, bibliotecas, centros de arte y lugares públicos que nos ofrezcan el refugio, el silencio, la comunidad y los estímulos sensoriales o intelectuales que necesitamos para hacer lo que mejor sabemos hacer.