2010/10/16

«O che dolce cosa è questa prospettiva!»

File:Paolo uccello, studio di vaso in prospettiva 02.jpg





"O che dolce cosa è questa prospettiva!" le contestaba Paolo Uccello a su mujer cuando allá por 1450* pasaba las noches en vela dibujando, en vez de ir a dormir con ella. El nombre de Uccello le fué dado, a él que se llamaba Paolo di Dono, por su afición a pintar pájaros y otros animales, en paisajes que nadie había pintado antes con la perfección con que lo hizo él. Nos lo explica Vasari, en Le Vite de più eccellenti architetti, pittori et scultorique escribió 70 años después de la muerte de Uccello: "En la casa de los Médicis ejecutó al temple, sobre tela, algunas escenas de animales, por las cuales tenía mucha afición, empeñándose para realizarlas bien. En su casa siempre tenía dibujos y pinturas de pájaros, gatos, perros y toda clase de animales extraños, porque, siendo pobre, no podía poseer los ejemplares vivos. Y como lo deleitaban más que nada los pájaros, le dieron el apodo de Paolo Uccelli". 

Sigue explicando Vasari:

"Trabajó también en Santa Maria Maggiore, en una capilla al lado de la puerta lateral que conduce a San Giovanni, donde están la tabla y la predella de Masaccio: allí pintó al fresco una Anunciación en que representó una casa que merece atención, pues era tarea nueva y difícil en aquella época, siendo la primera obra en que se mostró a los artistas el buen modo de establecer la fuga de las líneas con gracia y proporción, y de representar amplio espacio y lontananza en una superficie muy pequeña. Quienes son capaces de agregar a esto las luces y las sombras en sus debidos lugares, sin duda logran engañar al ojo y dar vida y relieve a la pintura. Y no bastándole esto a Paolo, quiso superar mayor dificultad aún, representando una columnata en perspectiva, que rompe el ángulo vivo de la bóveda, allí donde están los cuatro Evangelistas. Esa realización fue considerada bella y difícil y, a la verdad, Paolo fue ingenioso y capaz en tal especialidad".







File:Paolo Uccello 064.jpg


Su obsesión por la perspectiva, aplicada a la descripción de paisajes, figuras y animales ha dejado cuadros como la Batalla de San Romano, que se encuentra en Londres:
Archivo:Paolo Uccello 031.jpg 


Y otra versión de la misma Batalla de San Romano, que se encuentra en Florencia:
Archivo:Paolo Uccello 023.jpg


Uccello dibujaba sin descanso:
"Considerables fueron, realmente, los esfuerzos desplegados por Paolo en materia de pintura, y dibujó tanto que dejó a sus deudos, según por ellos mismos he sabido, cajones llenos de proyectos. Pero si bien vale mucho proyectar, mejor es llevar los proyectos a la práctica, pues tienen más larga vida las obras que las hojas de papel dibujadas. Y aunque en nuestro Libro de dibujos hay bastantes figuras, perspectivas, pájaros y animales maravillosamente bellos, lo mejor de todo es un mazzocchio puramente lineal, tan hermoso que sólo la paciencia de Paolo era capaz de ejecutarlo. Aunque era un individuo de hábitos retraídos, admiraba el talento de los artistas y para dejar el recuerdo de algunos de ellos a la posteridad, pintó con su propia mano, en una larga tabla, los retratos de cinco hombres prominentes, que conservaba en su casa: uno era Giotto, pintor, lumbrera y padre del arte, Filippo di ser Brunelleschi representaba a la arquitectura, Donatello a la escultura, Paolo mismo a la perspectiva y la pintura de animales, y Giovanni Manetti, su amigo, con quien conversaba bastante y comentaba las cosas de Euclides, a las matemáticas". 


Vasari inicia su relato de Uccello con una visión crítica de su obsesión por la perspectiva:
"Paolo Uccello  hubiera sido el más delicioso y original genio después de Giotto en el arte de la pintura si se hubiese esforzado tanto en las figuras y los animales como se esforzó y perdió tiempo en las cosas de la perspectiva, pues aunque éstas son ingeniosas y bellas, quien se dedica inmoderadamente a ellas derrocha tiempo y más tiempo, gasta sus dotes naturales, acumula dificultades para su talento y a menudo lo convierte, de fecundo y fácil que era, en estéril y difícil. Y quien cuida más de la perspectiva que de las figuras, cae en un estilo seco y lleno de perfiles, producido por la voluntad de desmenuzar demasiado las cosas. Además, a menudo se vuelve solitario, extraño, melancólico y conoce la pobreza, como le ocurrió a Paolo Uccello que, dotado por la naturaleza de un ingenio sofístico y sutil, no encontraba placer mayor que el de investigar problemas difíciles e imposibles de la perspectiva. Y ésta, aunque bella y llena de fantasía, lo trabó tanto en la ejecución de las figuras que, a medida que iba envejeciendo, las hacía cada vez peor. Y no cabe duda de que quien, con estudios demasiado terribles, violenta la naturaleza, si bien por un lado aguza su ingenio, por otra parte nunca hace nada que parezca realizado con esa facilidad y esa gracia que naturalmente tienen aquellos que ponen cada pincelada en su lugar, moderadamente, con deliberada inteligencia llena de discreción, y eluden ciertas sutilezas que más bien dan a la obra un no sé qué forzado, seco, difícil y de pésimo estilo, que causa compasión a quien la mira, en vez de causarle asombro. En efecto, el instinto reclama ser utilizado en la misma medida en que el intelecto se empeña en obrar y en que el entusiasmo está encendido: entonces es cuando se ven surgir las maravillosas concepciones y los rasgos excelentes y divinos".


Le reprocha Vasari que cuando trabajó en los frescos de San Miniato, en las afueras de Florencia "hizo los campos azules, las ciudades rojas y los edificios de varios colores, según su fantasía".
Sin embargo, el escritor y erudito francés Marcel Schwob , que en su libro Vies imaginaires también utiliza la fantasía, lo hace para ensalzar la obsesión de Paolo Uccello por la perspectiva mediante imágenes de gran belleza literaria:
"Il représentait aussi toutes les bêtes et leurs mouvements, et les gestes des hommes afin de les réduire en lignes simples.
Ensuite, semblable à l’alchimiste qui se penchait sur les mélanges de métaux et d’organes et qui épiait leur fusion à son fourneau pour trouver l’or, Uccello versait toutes les formes dans le creuset des formes. Il les réunissait, et les combinait, et les fondait, afin d’obtenir leur transmutation dans la forme simple, d’où dépendent toutes les autres. Voilà pourquoi Paolo Uccello vécut comme un alchimiste au fond de sa petite maison. Il crut qu’il pourrait muer toutes les lignes en un seul aspect idéal. Il voulut concevoir l’univers créé ainsi qu’il se reflétait dans l’œil de Dieu, qui voit jaillir toutes les figures hors d’un centre complexe. Autour de lui vivaient Ghiberti, della Robbia, Brunelleschi, Donatello, chacun orgueilleux et maître de son art, raillant le pauvre Uccello, et sa folie de la perspective plaignant sa maison pleine d’araignées, vide de Provisions ; mais Uccello était plus orgueilleux encore. À chaque nouvelle combinaison de lignes, il espérait avoir découvert le mode de créer. Ce n’était pas l’imitation où il mettait son but, mais la puissance de développer souverainement toutes choses et l’étrange série de chaperons à plis lui semblait plus révélatrice que les magnifiques figures de marbre du grand Donatello".
(...) Quiso concebir el universo creado tal como se reflejaba en el ojo de Dios, que ve surgir todas las figuras a partir de un centro complejo".



Schwob crea, con la fantasía que tanto le gustaba al pintor, la narración de cómo pudo ser la muerte de Paolo Uccello: "Son visage était rayonnant de rides. Ses yeux étaient fixés sur le mystère révélé. Il tenait dans sa main strictement refermée un petit rond de parchemin couvert d’entrelacements qui allaient du centre à la circonférence et qui retournaient de la circonférence au centre." "Su rostro estaba surcado de arrugas. Sus ojos miraban fijamente al misterio revelado. Sujetaba en su mano firmemente cerrada un rollo pequeño de pergamino cubierto de líneas entrelazadas que iban del centro a la circunferencia y que regresaban de la circunferencia al centro".


Vasari en castellano
Vasari en italiano
Marcel Schwob en castellano
Marcel Schwob en français


*Vasari da la fecha de 1432 para el fallecimiento de Paolo Uccello. Sin embargo, en todas las biografías que he consultado, se da la fecha de 1475. La fecha de 1450 para esta cita es una invenzione.


Gracias a Jesús Olmo por recordarme a Uccello y enviarme las Vidas Imaginarias de Marcel Schwob.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Son